No alcanza a darme aliento ni mi fuerza;
ni sé a dónde llegar, ni dirigirme;
tampoco acierto a hallar dónde evadirme
sin ver que todo plan en mi se tuerza.
No sé cómo evitar que en mí se ejerza
un ser, que es un no ser, es un fingirme,
es darme y un quitarme, es resistirme
a toda voluntad que mi alma esfuerza.
Maldigo este momento y cruel estado,
que es fiero malestar, desequilibrio,
y yo, funámbulo desenfrenado.
Por qué conmigo mismo soy tan tibio
y vivo un sin vivir, ya resignado,
rendido hasta a buscar algún alivio?
GaDe 1/10/2013
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