jueves, 17 de octubre de 2013

A la que fue, y es, y siempre será

No canta el ruiseñor sobre su rama
aquella melodía que entonaba,
Ni oigo a querubines desde el cielo
acariciar las cuerdas de sus arpas.
No veo el irisado arco en las nubes,
que un prisma de colores regalaba.
Ni intuyo a ese ángel que custodia
mis pasos para que no sufra nada.
No puedo ya sentir tu piel, su tacto,
al tirón de las sábanas al alba.
Ni escucho ese repique de tambores
del pecho cuando tú te me acercabas.
Ya no soy el guerrero que fui antaño,
deseando a ti volver tras la batalla.
La sangre ya no fluye por mis venas,
 con la fuerza y vigor que era empujada.
Ni sé de aquel buqué y sabor del vino,
en brindis por tu amor o tu mirada.
Ya nada será igual, no seré el mismo,
a no ser..., a no ser...
A no ser que me cite con tu alma.
GaDe 18/10/2013

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