lunes, 14 de octubre de 2013

A Edyta W.

El día que tú me aceptes,
mujer, corazón de hielo,
verás que no soy la hiel,
ni la miel, eso es muy cierto.

Acepta de mí, tal cual soy,
de los dos un solo ungüento,
que amarga junto a la pena,
que endulza junto al contento.

Pero, tú, no, tú no entiendes!,
con tu coraza de acero,
tan sólo ignorarme ofreces,
y me empujas al lamento.

Qué más saldrá de mi boca?
Qué más de mi sentimiento?
Si de verdad la querías,
por qué me das el silencio?

Somos los dos marineros,
que la tempestad y el viento,
nos han hecho naufragar,
en el espacio y el tiempo.

La brújula fue la misma,
y el timón el sufrimiento,
yo sólo puse la vista,
en la que creí mi puerto.

Jamás subí en otro barco,
pues fui el patrón más completo;
Hoy tengo miedo a la mar,
ya no navego y lo siento.

Y aunque te pueda extrañar,
yo también sé qué cambiar,
para nunca zozobrar.
Acaso no cambia el viento?

No escapa a mi pensamiento,
que tú eres tripulación,
en la misma embarcación;
Su nombre, Ilona, presiento.

Pero pretendo,tan sólo,
que me entiendas, sólo un rato,
y que no me dejes solo
llorándole a su retrato.
Perdona si te ofendí,
si acaso lo conseguí...
yo no estaba equilibrado.

GaDe14/10/2013




No hay comentarios:

Publicar un comentario