Martin Luther King, "desde el cielo"
«Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy en la que quedará como la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestra nación. Hace ciento cincuenta años, un gran americano, cuya sombra simbólica nos cobija, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Hoy lo hacen literalmente con los cristianos en otras partes del mundo. Aquello nos llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio. Pero 150 años después debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro y el cristiano aún no son libres..Ciento cincuenta años después, la vida de los negros y los cristianos son todavía minadas por los grilletes de la discriminación. Ciento cincuenta años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material, y los cristianos están perdiendo sus vidas por la barbarie mundial y la crueldad de fanáticos de la sinrazón. Ciento cincuenta años después, los negros y los cristianos todavía languidecen en los rincones de la sociedad y se encuentran a sí mismos exiliados en su propia tierra.
Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En cierto sentido, llegamos a la capital de nuestra macro nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra sociedad escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Ios derechos humanos, firmaban una promisoria nota de la que todo ciudadano sería heredero. Esa nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de 'vida, libertad y búsqueda de la felicidad'. Es obvio hoy que el mundo ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color y los cristianos. En vez de honrar su obligación sagrada, el mundo les dio al negro y al cristiano cheques sin valor que fueron devueltos con el sello de 'fondos insuficientes'. Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación mundial. Por eso hemos venido a cobrar ese cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado para recordarle a el mundo la urgencia feroz del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia sagrada. Ahora es el tiempo de elevarnos como una única nación de las arenas movedizas de la injusticia hacia la sólida roca de la hermandad en Cristo. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Sería fatal para esta macro nación pasar por alto la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro y del cristiano no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 2015 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que los negros y los cristianos sólo necesitan evacuar su frustración y que ahora permanecerán contentos, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina.
No habrá ni descanso ni tranquilidad en el mundo hasta que el negro y el cristiano tengan garantizados sus derechos de ciudadanos. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a la gente que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina en Cristo Jesús. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma. Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad cristiana no debe conducir a la desconfianza de los que no creen en Cristo, ya que muchos de nuestros amigos e incluso enemigos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino, está en manos de quien es dueño del nuestro, Jesucristo. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos.Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de marchar siempre hacia el frente. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los que luchan por los derechos: '¿Cuándo quedarán satisfechos?' Nunca estaremos satisfechos mientras que el negro o el cristiano sean víctimas de los inimaginables horrores de la brutalidad. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados por la fatiga del viaje, no puedan acceder a un alojamiento en todos los países y todas las ciudades. No estaremos satisfechos mientras la movilidad básica del negro y del cristiano sean de guetos pequeños a otros más grandes. Nunca estaremos satisfechos mientras a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad con carteles que rezan: 'Solamente para blancos, o muerte a los nazarenos'. No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro o un cristiano sufran discriminación o sean perseguidos y asesinados. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.
No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes acaban de salir de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.
Vuelvan a las zona pobres y guetos de las ciudades con la sabiduría de que, de alguna forma, esta situación puede ser y será cambiada. No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño de una tierra y un cielo nuevo.
Yo tengo un sueño de que un día esta macro nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: 'Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales y que Cristo es el Señor, Hijo del Dios Altísimo'.
Yo tengo el sueño de que un día en las coloradas colinas los hijos de los yihadistas y los hijos de los cristianos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.
Yo tengo el sueño de que un día incluso el territorio islámico, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.
Yo tengo el sueño de que vuestros hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter y su confesión de Cristo ¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo el sueño de que un día, los racistas y los yihadistas despiadados no utilicen a los pequeños niños y pequeñas niñas como bombas humanas; sino que sean capaces de unir las manos de sus pequeños niños y niñas con las de nuestros pequeños niños y niñas como si fueran hermanos y hermanas. ¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré. Con esta fe seremos capaces de esculpir en la montaña de la desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra gran nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: 'Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad'. Y si el mundo va a convertirse en una gran nación, debe convertirse en realidad. Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas. Dejen resonar la libertad. Dejen resonar la libertad desde los picos nevados. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos.Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra. ¡Dejen resonar la libertad de la montaña. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada montaña, desde cada ladera, dejen resonar la libertad! Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día en que todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, e islamistas convertidos serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: '¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!'».
«No habrá ni descanso ni tranquilidad en el mundo hasta que el negro y el cristiano tengan garantizados sus derechos de ciudadanos. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia»
«Sueño que vuestros hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter».
Martin Luther King, "desde el cielo"
"Secretario": GaDe 22/1/2015