Saltar al vacío
Saltar al vacío...,
esperando los brazos del rescate.
Ver en la caída como se juntan los adoquines cubriendo los números en las hojas de los calendarios.
Oir los huesos cómo crujen allí abajo.
Pelear en la caída contra el viento que sonríe.
Sentir que todo es nada, y discutir esto mismo contigo a cada instante.
Saber que eres un gusano que has sido secuestrado por el bien, pero que estás obligado a estrellarte dos veces, porque lo asegura un centinela que, a menudo, se incomoda en tus ideas y en tus actos.
Prepararse para el septiembre de esta vida; y la reválida final...
Trascender a lo profano, siendo ojos y atrayente de otra carne que, siendo carne, sin embargo, tiene ese buqué y ese sabor que nos embriaga y nos cautiva.
GaDe 26/8/2015
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