Yo quisiera vaciarme de mil lunas
que presiento atragantadas en el alma,
pues estorban para amar cuando circundan
con sus auras los dibujos de otras caras.
También quiero que se eclipsen los mil soles
que el testigo a aquellas lunas entregaban;
y la espera de esos días, que se borren
de mi agenda de tareas y nostalgias.
Que se tachen para siempre aquellos nombres
que aún recoge mi listado de esperanzas,
porque quiero despertar sin más rencores
ni hacia ellas, ni hacia mí, alguna mañana.
GaDe 28/8/2015
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