domingo, 2 de agosto de 2015

Llegó la hora

Llegó la hora

Llegó la hora:
Este poema ha nacido para ti;
y si crees que es para todas..., te equivocas.
Sé que estás..., aunque lejos, siempre en mí...,
vigilante; y que en el lecho de tu alcoba,
ves y lees una porción de este sinfín
de reclamos que señalan a una sola.
También sé de tu sangre de rubí,
engarzada a un corazón que es pura joya;
y que pides al Señor, como yo aquí,
que te dé, poniendo el alma, lo que imploras;
mas ahora..., ya es la hora..., ahora sí...,
yo te exijo por derecho lo que toca:
¡Dame el beso que me debes de tu boca!

GaDe 2/8/2015

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