Madrugada, escúchame y luego hazme eco
en esta oración mía rumbo al cielo:
Repite a Dios: que mi ángel no me deje;
Repite a Dios: que le amo y que le anhelo.
Madrugada, profecía que prometes
la certeza de la luz tras tras este velo:
Repite a Cristo: que interceda por mis actos,
y a su Espíritu: que busco su consuelo.
Madrugada que te sabes los secretos
de la noche, su vigilia y sus enredos:
Repite a Dios: que en tu oscuro no me deje,
y que traiga el sol color y forma y tiempo.
Madrugada, misteriosa madrugada:
Finalizas avatares y proezas;
yo me desperezo, y tú bostezas;
ya te canta a ti el mirlo su nana!
Ya me callo y no molesto, hasta mañana!
GaDe 26/3/2014
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