Santos inocentes II
Y se marcharon en el coche el chino y sus amigos tras ponerse el semáforo en verde.
Los dos muchachos, una vez que se dieron cuenta de que no eran policías sino compinches del chino los otros dos, después de los reproches acalorados de Juan a Carlos, dijo:
- Tío, vaya dos giles que estamos hechos. Me cago en la madre que nos parió.
- Qué hijo de su madre el chino! Pero, a ti no te sonaban los otros dos, ninguno? - preguntó Carlos.
- De qué huevos me van a sonar?, si el que conoces a ese mierda eres tú!
- Pues para chulo mi pirulo. Si han sido así de moñas, les vamos a joder bien! Mira, es que creo que uno de los otros dos es el que compró con la piba del chino las caretas, así que haremos lo siguiente: Tienes el móvil?
- Sí, claro! -contesto Juan.
- Déjamelo, vamos!
- Qué quieres hacer ahora?
- El coche era un Lancia Delta verde, no?, y viven en Manoteras eso lo sé. Les vamos a denunciar como que nos ha parecido ver que han atracado en la farmacia y se han fugado en un coche verde; mientras vamos corriendo donde mi tía.
- Pero Carlos, que nos van a matar. - No, lo mismo no nos hace falta nada más que con la descripción del coche y tú, todavía eres menor.
- Nos han jodido, no? Eso es un abuso, y para chulo yo!
- Pero estará nuestro ADN en las máscaras y en el coche.
- Bueno si es que no lo queman, también estarán sus huellas. Dame el móvil y estáte atento a lo que digo, eh! De mi no se ríe ni mi padre.
Y cogió el móvil dirigiéndose rápidamente los dos a la farmacia. El tiempo volaba y si querían que se les cogiera con la pasta, cuanto antes se hiciera la llamada mejor. Se disponía a llamar Carlos, cuando Juan puso la mano encima del teléfono y dijo:
- Y si nos reconoce tu tía?
- No lo hará! Tú me reconociste en el banco o te cagaste de miedo?
- Y si el chino cuenta todo tal cual?
- Diremos que queremos protección porque nos dan miedo y además que quieres que cuenten que les ha pasado eso por abusar. De todas formas, quién coño va a creer a ese delincuente con antecedentes y cárcel? Déjame, joder! Y siguió llamando por teléfono hasta que le contestaron:
- Policía nacional, dígame!
- Mire, acabamos de ver como acaban de atracar a la farmacéutica de la calle Castillo de Ucles, 16. Iban tres hombres: uno esperaba en el coche y dos salían corriendo de la farmacia. Han salido en dirección Garcia Noblejas y creo que el coche es un coche verde metalizado de esos creo que Lancia Delta de cinco puertas y sin culo, pero de lo que estamos seguros es que era verde oscuro.Nos ha parecido oír algo de Manoteras cuando escapaban.
- Ya les mando una patrulla para allá. - Si, y para Manoteras no?
- Tranquilícese. Cuánto hace que ha ocurrido eso?
- Diez minutos lo más! Yo soy el sobrino de la farmacéutica y quiero ir a ver si la han hecho algo pero me da miedo por si le han hecho algo malo, no puedo ver sangre. Manden una ambulancia por favor, es que yo no he entrado por sí está muerta o algo.
- Qué años tienes chico: catorce, bueno quince y el amigo que está conmigo catorce y nos da mucho miedo esto. A ver si nos van a hacer algo?
- No, tranquilizaos y quedaos quietos allí!
- Vale!
Y le dijo Carlos a Juan:
- Te has enterado de todo?
- Si tío, que pasábamos por aquí y hemos visto el atraco.
- No! -interrumpió Juan, hemos visto salir dos con bolsas que se han metido en el coche y desde dentro del coche algo dijeron de Manoteras. Nosotros no hemos visto al chino ni hostias, eso que se lo haga comer la madera.
- Tío y la pasta que nos han dado?
- Es verdad! Pero qué coño! Sólo faltaba que nos cachearan.
- Déjate! Vamos a comprar tabaco y unos botes mientras esperamos. Si se pusieran muy cabezones los guardias, decimos que se les calleron mientras corrían. Y compraron un par de botes cada uno de Mahou, y un paquete de Marlboro. Se encendieron sus pitillos y se abrieron sus botes mientras esperaban a la policia.
- Pero yo paso de ir a la gobi (comisaría) a declarar con ellos allí.-dijo Juan.
- Espérate que les cojan! Además, será lo que hemos contado y no sabemos más.
- Eres un capullo Carlos, pero ojalá cojan a esos abusones de mierda.
Esperaron como cinco minutos y ya se presentó una UVI móvil que luego no fue necesaria sino para arropar y tomar la tensión a la farmacéutica, y dos patrullas de policía.
Tomaron declaración a los muchachos y Carlos preguntaba continuamente:
- Le ha pasado algo a mi tía?
- No, está bien! La lástima es que iban enmascarados y no los puede reconocer porque dice que nada más ver sus caretas de payaso se desmayó de miedo.
- Es que esas caretas dan miedo. -interrumpió Carlos.
-Pero no te preocupes que está bien.
Y según salía la tía con los sanitarios del establecimiento Carlos corrió a abrazarla!
- Tía, estás bien? Estás bien, de verdad?
- Si hijo, pero no ganamos para sustos. Se han llevado todo, pero está todo marcado en caja y eso lo paga el seguro. Ya verás tu madre cómo se va a poner conmigo. Con las veces que me ha dicho que deje esto. Y qué hacéis bebiendo cerveza tú y tu amigo?
- Del susto tía del susto!- dijo Carlos.
Mientras estaba abrazado a su tía se escuchó por la emisora:
- A ver H-50 a base. H-50 a base. A ver junto a las vías de Manoteras, entrando a la estación, han sido localizados tres individuos con dinero metido en bolsas a unos doscientos metros de un vehículo que responde a la descripción pero que esta ardiendo y hemos avisado a bomberos, procedemos a su detención y los llevamos para comisaría que serán estos seguro.
- Aquí base! Buen trabajo compañeros!
- Gracias, vamos para allá a comisaría.
Interrumpió Juan:
- Yo no quiero declarar, si eso que lo haga este - señalando a Carlos- que fue el que oyó mejor eso de Manoteras. Además, a mí me da miedo y tengo catorce años.
- Yo tampoco quiero cruzarme con esos.
- Si los han cogido con el dinero..., para qué os vamos a necesitar?
- Nos quedamos con vuestros datos, pero no creo que sea necesaria vuestra asistencia a juicio por ser menores, porque de quién es el teléfono con el que habéis llamado?
- Mío!- contestó Juan.
- No os preocupéis hago constar la edad y dejo anotado el número sólo y el DNI, pero no os asustéis que si no es por vosotros no los cogemos tan rápido o no los hubiéramos cogido nunca.
Carlos se fue a despedir de su tía y después de un abrazo, se despidió de ella diciendo:
- Tía, traspasa ya la farmacia que un día nos vas a dar un disgusto. Preguntaron a los agentes si se podían ir y estos respondieron:
- Podríais describirlos?
- El coche sólo: verde creo, que tampoco estamos seguros. Yo no lo juraría.
- Ni yo! -dijo Juan.
- Vale, sí! Podéis marcharos!
- Hasta luego, hasta luego tía!
- Esperad!, que me he enterado
que los han cogido gracias a vosotros. Abrió su monedero y sacó un billete de cincuenta euros para cada uno, dándoles las gracias y diciendo:
- No vayáis a hacer ninguna gamberrada!
- Nosotros? -contestaron al unísono.
Y después de unas cervezas más en el parquecillo del barrio de al lado, y ya entre risas se volvió a escuchar como a Charlie Rivel:
Aaauuuuuuuuuuuuhh!
Pero esta vez les hizo más gracia.
GaDe 29/12/2013 a los que habéis
aguantado las dos entregas
No hay comentarios:
Publicar un comentario