miércoles, 4 de diciembre de 2013

La extremaunción

Que no, párroco, que no!
que aunque parezca funesto,
no la dé la extremaunción,
que ni va a morir, ni ha muerto,
ni puede morir lo eterno.
Salga de su habitación!,
y no se enfade por esto;
pero ahora..., guarde silencio.
Sálganse también, ustedes,
que estoy mal y no lo aguanto,
por favor, hombres, mujeres,
gracias, yo les acompaño.
Que se va a curar en breve!,
tanto plañir, tanto llanto...
dónde está la niña muerta?
Es ésta casa de Jairo?
Déjenme y cierren la puerta!
Que a Dios me dirigiré
como se hace, arrodillado.

Madre no morirá, lo sé,
me lo ha revelado el cielo,
y lo tengo que creer.


Dejen que la fiebre cese,
que en poco ya habrá pasado.
Ya no habrá cruz en su frente,
para el perdón de pecados,
buscando su salvación
ya aceptó a Cristo ella antaño,
y no hay espíritu o alma
que Dios no tenga en sus manos.
El que va al cielo es consciente
del porqué se es perdonado.
Usted qué va a perdonar...?
Ya basta con mi oración,
para que Dios considere
lo que Él entienda mejor.
Sea de una forma u otra,
ella jamás va a estar sola,
ella tendrá su consuelo,
el consuelo del Señor,
yo así lo creo y lo espero.
Sálganse ya, por favor!
Y que obre Dios a su agrado.
GaDe 4/12/2013 a ti Jesús 1 y 2

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