Un fantasma
Tengo tantos anhelos en la mente,
robados por el tiempo a cada instante;
que soy como la sombra de un farsante
de la vida, del todo inconsecuente.
Perdonador con otro; intransigente
conmigo, pues carezco por tunante,
de lo que antaño fui: hombre elegante,
que siempre fue advertido entre la gente.
Hoy paso por la vida cual fantasma,
que sólo es observado desde el cielo;
y es triste devenir que aquí me pasma.
Pues bien sabe el Señor que todo anhelo
empieza en éste mundo, y no me plasma
amor; sino es el Suyo, en desconsuelo.
GaDe 27/9/2015
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