El vicio que me puede
Un día más, me llama la tontuna
a hacer algo que a mí no me conviene:
el vicio pide aquello que sostiene
al mal que habita en carne y que la acuna.
No es mi desobediencia, es mente ayuna
de espíritu sensible; y aquél viene
a dar algo de sí que no hay quien frene,
pues cedo a su control en mi laguna.
¡Oh pobre de mi ser, hombre cobarde!
esclavo del error que siempre vence,
¿qué fue de la razón para tu alarde...?
Si no buscara el cielo que sería,
sino un gusano más, que no convence
de ser hombre, sino su alegoría...
Kijote 12/9/2015
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