sábado, 5 de abril de 2014

A los que miran y no ven y oyen y no entienden

Ni mágicos colores
ni arco iris ni arreboles;
no, en el celeste cielo, a veces pinto,
yo lo veo igual que tú, y tan sólo,
lo comprendo muy distinto.
Pues es cuando me aflijo
donde mis ojos dirijo,
y entrado en comunión
no hay colores sino sólo mi oración.
Quiero ver amanecer igual que tú,
y pasar del lado oscuro a ver la luz.
Quiero ser como Él me quiera:
Tan real como lo es Él,
no una quimera:
si es cristiano, genuino;
ni siquiera me planteo un objetivo;
tal cual entienda, sirva o quiera
sea así mi tiempo de estar vivo;
ni la edad la deseo muy longeva,
que sea el tiempo suficiente
para cumplir su mandato y encomienda.
Yo oro para que pueda decir
y sentir ese mandamiento de verdad:
Amar a Dios con todo mi alma,
con toda mi mente
y con toda mis fuerzas.
Pero de verdad! No sólo de palabra!
Yo lo quiero conseguir
mas tiene dificultad, el sabe como somos,
mudables cual chiquillos con los cromos;
pero si Él lo quiere..., no dudéis que será así.
Y después: amar al prójimo como a uno mismo;
eso ya diría yo que es optimismo,
porque el hombre en su egoísmo...,
le es más fácil perdonar a aquel que es malo,
que amar a todos sin fingir que estás amando.
Mas son cosas del Señor,
y Cristo el vivo ejemplo,
y el cristiano genuino
es en Él donde se debe de fijar.
Y sea su voluntad,
en el plano espiritual y el animal,
puesto que yo por mí,
ya ni apuesto ni porfío:
Mas queriendo Dios...,
no hay quien mi alma le arrebate
al Señor mío.
Gloria Dios y a Jesucristo,
y al Espíritu Santo! Amén!
GaDe 5/4/2014


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