Con olor puro a alquitrán,
a orilla del mar pasea
un marinero sin flores
que meditabundo brega.
De pronto gritó: "Se van!,
al igual que la marea,
los días son sinsabores;
cuándo llegará mi siega?
Ay, Dios mío! Llegarán
días de amor, quién sortea?
Van al bombo mis amores,
o este oficio me los niega?
Quién sabe si un día vendrán!,
si Dios quiere, yo los vea.
Mi corazón, mis valores, ...
La vida escapa cual llega."
Y el marinero galán,
aquel de fragancia a brea,
cuentan todos los rumores,
o quizá sea leyenda,
que amaneció un día muerto,
en el paseo del puerto
junto a un pedestal de piedra.
Hoy una estatua de mármol,
con una pose de espera,
en tal pedestal reposa,
y cuentan que en homenaje
a aquel pobre marinero
y a quien parte al otro mundo
sin encontrar quien lo ame.
GaDe 5/1/14 el escultor
No hay comentarios:
Publicar un comentario