¡Qué ansia tiene de Él Su prometida!
¿Y a quién clamaré yo desde mi angustia?
¿A quién si no es a Ti, mi Padre Bueno?
¿A quién he de buscar sin ningún freno
si quiero en mí evitar un alma mustia?
¡Oh Padre celestial cuánto trabajas
a horas y a deshoras con el alma!,
¡Tú, dueño de los tiempos y la calma
que quieres ensalzar al que rebajas!
¡Quién no te ha de alabar si es maravilla
cualquier cosa que haces Padre Santo?
¿Acaso no es Jesús el mismo Encanto
del Trono celestial que aquí más brilla?
¡Rescata nuestras almas del pecado
y haz de la obediencia nuestro gozo!;
¡ya calma nuestra sed; mas no del pozo;
del Agua del Señor, del Cristo Amado!
Pues de Ese manantial corre la Vida,
y todo el que Le busca tiene sed;
¡la Gloria sea a Jesús!; ¡decid: bebed!
¡Qué ansia tiene de Él Su prometida!
GaDe 21/4/2015 a mi Señor y al Señor de mi Señor.
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