¿Saben ustedes por qué nos es tan fácil distraernos del camino de Dios por pequeños detalles de la corriente del mundo...?
Pues porque el privilegio que Dios ofrece a los que a Él se entregan en espíritu y en verdad, exige la máxima atención, y por tanto, una dedicación exclusiva. Esto es: que es Dios mismo es el que facilita que esas distracciones puedan darse como prueba permanente de fidelidad. No hay otra razón, de aquí que, todo aquello que pienses, planees, hagas o dejes de hacer..., debe ser inexcusablemente pasado por el crisol del Señor para ser grato a Sus ojos.
Dios no puede ser engañado por el hombre; ni ser una parte en el tiempo tan solo de los que dicen que Le aman.
Él bendice sin medida a los que se dan a Él por entero.
Observa si no qué fácil resulta la distracción. ¿No se preguntaban...?: ¿Por qué suceden las distracciones continuamente cuando se cree estar en comunión con Dios...?
¡Gracias Jesús por darnos un Padre tan Maravilloso!
¡ Gloria a Dios eternamente!
GaDe 7/3/2015
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