Los grises adoquines ya no abrigan;
e incluso pueden ser planchas de frío inmenso;
pero descalzos queman a horas de sol intenso.
Todo esto en cuanto a ellos,
sí, sí, a los adoquines.
Los adoquines son los pasos que aproximan,
no más que en la distancia, llegados estos tiempos;
un puzzle de ciudad del que se rompen piezas,
que suplen corazones de hombres que ya han muerto;
dejémonos de tantas sutilezas:
somos putos adoquines en apuros,
por tener los corazones tan tan duros
No es esto una tristeza?
GaDe 12/7/2014 al tamtan del corazón
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