Tú ya sabes mi aflicción
Dios del amor infinito,
Luz de Luz y mi contento;
dime algo, necesito
de tu Espíritu al momento.
Mas no sea yo el que pida
y a cambio no te dé nada:
en tu Palabra, mi vida,
y en Jesús, mi alma te es dada.
Dime por donde me muevo,
que medite bien mi boca,
en Ti no existe placebo,
dime: qué cura?, qué toca?
Oh Padre, Dios de Poder,
del Reino y de la Gloria:
dame en tu Cristo mi hacer
para obtener la victoria.
Tú lees en los corazones;
los pensamientos conoces;
no quiero equivocaciones
ni más aguijón, ni coces.
Que haré sin Ti, Padre Justo,
o si Jesús no intercede?
Acaso hay algo a tu gusto
si no limpiarlo antecede?
Llévame, aunque sea manco,
lávame en sangre de Cristo,
y dame el ropaje blanco,
verás que pronto me visto.
Tú sabes ya mi aflicción,
no hace falta su detalle,
y hasta aquí mi exposición,
lo demás... mi boca calle.
GaDe 15/5/2014
Gloria a Dios eternamente!
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