Tú de pasada
Que nadie menosprecie tu saludo;
tampoco que haga esquiva tu mirada;
Qué adorno tan bonito, y regalado,
que vale más que el oro siendo nada.
Que nadie en un prejuicio testarudo,
te aparte a ti a una triste rinconada,
pues te vacía aun más si eres menudo;
y él más se empequeñece en su alta alzada.
Los hombres son tal cual su billetera,
que cuando está más llena es más cerrada;
mas piénsate, cabeza de tetera,
el metal viene, y va; tú, de pasada.
GaDe 5/10/2014
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