Mi tempestad
Costumbre es del amor darse de pleno,
sin nada que guardar, nada de nada;
yo quiero darme así porque estoy lleno,
mas falto de ilusión, no busco amada.
Vivo de un ideal que es mi veneno,
pues no puedo olvidar lo que me daba
y desde que marchó, no me sereno
ni planifico más..., tanto la amaba...
Ya pasaron dos años y mi duelo
por ella sigue siendo voz que clama
que suena en mis oídos y el consuelo
se quema por la fuerza de su llama.
No puedo ni entenderme ni lo entiendo,
pues fue tan poco el tiempo y me reclama
mi amor por ese amor que aún la pretendo
buscando en el vacío de mi cama.
No se gastó el amor, aún lo retengo,
y es tanto que no cabe ni se acaba
pues es pura pasión la que sostengo
en este corazón que a ella entregaba.
El tiempo va pasando, y yo quieto;
toda mi habitación se muestra helada;
si todo se llevó, yo ahora me veto
pues mi felicidad fue sepultada.
De dónde saco yo fuerzas y esfuerzo
si el mundo se apagó cuando marchaba?
Hoy sólo espero ver que no me tuerzo,
mas voy con su recuerdo y me socava.
Por qué sabiendo amar parezco muerto
y sólo busco en Dios toda esperanza?
Pregunto, pero no es del todo cierto,
porque Él mi tempestad torna en bonanza.
GaDe 9/10/2014 a ella, I.T.
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