lunes, 16 de junio de 2014

A Ilona, mi amor eterno

A Ilona, mi amor eterno

No late el corazón ya como antaño,
su pulso se frenó por tanta pena;
no hay día que me dé la enhorabuena
pues no le soy infiel siquiera al daño.

A poco me levanto, voy al baño
y hasta ese pobre espejo me envenena
pues trae con su reflejo la condena
que llevo ya sufriendo más de un año.

Qué tiempos tan felices se escaparon
en un quince de julio de un verano!,
acaso no ve el cielo qué dejaron?

Hoy sé que forzar algo es siempre en vano,
e intento recordar que se marcharon
y a aquellos buenos tiempos ya no hay mano.

GaDe 16/6/2014 a ti Padre, pero: por qué?
Perdóname por intentarte comprender.

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