Causas pendientes
Al desván del desengaño
yo me subo cada día,
y allí los voy apilando
a montones, hasta arriba.
Cuántos no habrá que el tejado
no descansa ya en las vigas,
sino en mis desilusiones,
que son menús de polillas.
Qué pena que tenga el hombre,
como en la Plaza Castilla,
carros con causas pendientes...
¡Qué tarde se hace justicia!
GaDe 25/1/2016
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