Desde el muelle del pecho,
sale mi barca;
mas zozobra en las aguas
de la esperanza.
Porque yo, marinero,
falto de ganas,
no hago caso a los vientos;
corrientes mandan;
como aquel soldadito
que navegaba,
cual su plomo es mi edad,
también la rata
que me pide papeles
y me amenaza.
¿Dónde estás bailarina,
muñeca amada...?
¡Quién pudiera fundirse
contigo al alba...?;
y si así fuera el caso,
doy por pagada
la ilusión de estar juntos;
aun siendo en llamas.
GaDe 11/11/2015
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